Hay un camino detrás
de casa que se interna en el bosque, cruza entre las lápidas y se pierde en la
maleza… como hizo mamá, que se fue cuando cumplí tres años porque ya no me
quería. Yo siempre quise ir a buscarla, pero papá me lo prohibió.
Una noche
desobedecí. Caminé durante horas, entre siluetas negras de robles y tejos difuminadas
por la bruma, hasta que unos jadeos extraños me llevaron a una casita de tela
en el centro de un claro. Dentro había gente. Uno salió a gatas y al
incorporarse y verme gritó aterrorizado. Corrí de vuelta más asustado que un
tejón entre leones, me metí en la cama y me tape con las mantas hasta casi
ahogarme.
Este micro lo presenté al concurso de relatos "esta noche te cuento", pero no ha sido seleccionado por el jurado. Desde aquí quiero felicitar a los organizadores del concurso, a los finalistas y a los ganadores, y a los organizadores darles las gracias, sin ellos este relato no hubiera sido posible.
Quizá te interesen los otros micros de la serie: La voz de los niños.
Gracias a los concursos surgen historias como esta...Desconcertante y abierta a la imaginación y la mía se desborda ante tantas posibilidades.Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias Rosa. Yo suelo presentarme a los concursos para tener la obligación. Este, pese a no haber sido seleccionado, a mi me gusta mucho. Me alegro que a ti también.
EliminarLos concursos más allá de las distinciones son una buena excusa para escribir buenas historias como la tuya...
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Estamos de acuerdo David. Gracias por pasar.
EliminarSi el dibujo es tuyo, que me imagino que sí, el mérito es doble.
ResponderEliminarLa historia esconde mucho intuido detrás. Es buena.
Saludos
Todos los dibujos que puedes ver en el blog, a parte del que ilustra la entrada de Moebius son míos.
EliminarRespecto ala historia... si que esconde, aunque espero que haya sabido dar las claves para entenderlo.
Gracias por la crítica.
Me gusta. Seguiré por aquí. Saludos.
ResponderEliminarGracias Atalanta. Puedes quedarte por aquí tanto como quieras.
EliminarMe ha gustado tu historia...Gracias por informar. Yo tampoco he sido seleccionada, así que un día de estos lo colgaré en mi ventana...
ResponderEliminarBessicos
Bueno, es evidente que no todos pueden ser finalistas y en la final sólo gana uno, así que... a seguir intentándolo. Esa es nuestra única opción.
EliminarPues a mí me ha gustado mucho. Es lo que tienen los concursos, que cuando seleccionas finalistas te dejas otros igual o mejores en el tintero. Un abrazo. El dibujo es magnífico. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mar, por ambas críticas. Respecto a los concursos, cuando te presentas ya sabes que será un jurado el que valorará... quizá mi cuento no era demasiado apropiado para el fin del concurso... pero es lo que me apeteció escribir.
EliminarTodos los buenos hijos son aquellos que siguen los dictámenes del miedo. Por eso nacer es como romper palabras; que nos disculpen todos los muertos de nuestra libertad.
ResponderEliminarMe encantó este micro, fuerte abrazo.
Sin dudas que sus contrincantes deben haber sido de superlujo para dejar afuera esta joya. O el jurado tiene un criterio muy particular (cosa que no es extraña).
Hay mucho nivel, Juan, y temáticas muy diversas, te recomiendo pasar por la web del concurso para leerlos.
EliminarGracias por pasar.
Un relato escalofriante, Fernando.
ResponderEliminarNo conozco el concurso, ni -obviamente- su resultado, pero el nivel ha tenido que ser muy alto como para que no seleccionaran este micro entre los finalistas.
Un abrazo,
Yo creo que el relato tenía en contra que habla del bosque desde el lado oscuro... y puede que no sea lo que te gustaría leer cuando te alojas en un hotel en medio de un bosque... pero, yo me lo he pasado muy bien imaginando a esas personas alojadas en el hotel, con la ventana abierta a la noche, leyendo este micro a la luz de la lamparilla mientras escuchan los sonidos que se esconden entre los árboles cercanos.
EliminarGracias por pasar Pedro.
Un abrazo.
Una escena muy sugerente, la del bosque. La extraña casita de tela en el baúl resulta de lo más inquietante, como la sonrisa del padre. Pero sobre todo me gusta el título, como una ironía contenida.
ResponderEliminarAbrazos
Yo y mis niños.
EliminarGracias por pasar Susana.
Muchas veces, encontrar un título que redondee el micro resulta una de las tareas más difíciles para dar por acabado un relato (al menos para mí).
Este creo que le va bastante bien.
Me alegro de que te haya gustado.
Qué entrañable tu micro,La vida es realmente dura y a veces un martirio, pero afortunadamente la amámos más de lo que podamos pensar..
ResponderEliminarUn abrazo|
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Claro, Aniagua... sea cómo sea, eso és lo único que tenemos hasta el final.
Eliminarmuy emotivo.
ResponderEliminarHas visto el concurso que comento en mi bloc. Quizas te interese.
Hola Jomateixa.
ResponderEliminarAhora mismo paso a verlo.
Francamente Fernando, si te dijera que los leí todos ...ejem : mentiría. Pero comencé a leerlos ¡he ahí la gracia! y me desesperé en el ciento noventa y siete??? ...buf!, eran demasiados bosques.
ResponderEliminarA mí me gusta la idea del niño, y la puerta que abres a la imaginación.
Tampoco yo tuve mucha suerte. Pero me alegro infinito que lo hayas ilustrado y lo hayas acercado a tu ventana del Bosque.
Besos.
Buenos días Laura. La verdad es que ha sido un concurso con muchísima participación. Yo tampoco he leído todos, sólo los que me enganchaban desde la primera frase... Y tampoco todos... cosa del tiempo limitado.
EliminarUn saludo y gracias por pasar y comentar.
Jo, Fernando, me da mucha rabia, pero es la segunda vez que entro y no lo pillo. Voy a leerme los comentarios...
ResponderEliminarNada. Ya volveré.
Un abrazo, eso sí.
Tranquilo Miguelángel, quizá sea de esos micros que no quedan del todo claros.
EliminarA mi me daba la sensación de que dejaba suficientes pistas, pero es posible que no.
Gracias por pasar.
Como amante de la novela negra, a mí sí que me gustaría leer este relato en la penumbra de la habitación en la que me hospedo.
ResponderEliminarSuerte en el próximo intento.
Un beso
Muchas gracias Ana.
EliminarEs evidente que hay gustos para todos, y yo quise huir de ese entorno bucólico que se presupone a un hotel en medio del bosque...
Un beso.
Fernando, es tan real, que por momentos me da como miedo. ¿Puede ser? ¿o entendí mal? Está muy fuerte, se transmite mucho. Qué pena no haber sido seleccionado. Un saludo.
ResponderEliminarEsa sensación de miedo era uno de los principales objetivos, desde la candidez del pequeño que todavía no entiende que le sucede y porqué.
ResponderEliminarNo pasa nada por no haber sido seleccionado, al menos me ha permitido contar esta historia.
Gracias por pasar Beatriz.
Genial historia. Yo fui miembro de ese jurado y puedo decirte que tu relato estuvo en el límite del corte, y que yo lo había vota para seleccionarlo. Es bueno, compañero, pero los concursos siempre son esquivos. Gracias por tua agrdecimiento, lo transmitiré.
ResponderEliminarGracias, eljurado.
EliminarTe agradezco el comentario. Creo que todos los que estamos en la blogosfera sabemos que para que un relato pueda optar a un concurso se han de alinear muchos astros, así que asumes de antemano que tu escrito puede conectar o no con las personas que deciden.
Me alegro de que te gustara.
Bienvenido y espero que pases por aquí siempre que quieras.
Fernando, leo el cuento con mucho interés y apreciendo tu prosa, me va gustando hasta que llego a " mientras guardaba en el baúl la casita de tela desmadejada." justo en el momento que me echas del relato, problema mío, seguro, no entiendo lo que quieres decir. Releo. "jadeos", casita de tela, "de nuevo teníamos carne", debes ser pista que no me dicen nada. Veré los comentarios. No me aclaran nada. Está claro que este bosque no es el mío. Otra vez será. Sería bueno que me lo explicaras, aunque fuera en privado.
ResponderEliminarHola Ximens. Voy a intentar explicarlo sin deslucirlo.
EliminarQuizá, en este relato hay demasiadas pistas y poca trama, no se.
La idea que desata esta historia es que nadie decide donde nacerá, en que familia, ni cómo será. Es algo que nos encontramos cuando vamos haciendo acopio de razón, y al final seas lo que seas, nazcas donde nazcas te toca vivir con ello.
El niño protagonista no es un niño "normal" y su padre tampoco. la madre si, por eso se fue.
Lo dejo ahí para que quien quiera nos diga que es lo que ha entendido del relato.
Así sabremos si se entiende o no.