La pala se dobla, la arena está dura. No
podré terminar el castillo porque papá volverá. Antes no venía a buscarme,
trabajaba. Ahora puede y venimos al parque cada día. No juega conmigo pero no se
aburre porque tiene un amigo. Papá le trae regalos: DVD, tostadora, portátil,
cámara. Su amigo le da dinero. Mamá se fue de casa cuando desapareció el collar
de la abuela. Ella decía que ese hombre es malo, pero se equivocaba. Hoy papá
no ha traído nada y le ha dado más dinero que nunca. Que raro, han encendido
las farolas, papá no vuelve y su amigo me mira y sonríe.
Quizá te interesen los otros micros de la serie: La voz de los niños.
Madre mía Fernando, me dan ganas de ir corriendo al parque y macharcarle la cabeza al padre y a su amigo. ¿Y la madre? Los niños, me pueden. Un abrazo.
ResponderEliminarJo!!!... Fernando, esto no lo puede hacer un padre. Además, el niño, no da ha entender que sufra malos tratos... que sería una actuación lógica antes de "venderlo". Muy fuerte, tremendo. Tiene que tratarse de una mente enferma, por mucha necesidad, por mucha crisis...
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando. Aunque no te lo mereces: me has dejado "tocada", plof.
Cuando terminé de leerlo, me tiré para atrás y abrí los ojos. Quedé dura. Todavía no lo estructuro en mi mente. Siento angustia y bronca. Impresionante. Ya no sé qué decir.
ResponderEliminarA ese h de p del padre sólo le falta venderle el alma al diablo para terminar de completarla ¡Y estaría pagando demasiado barato la barrabasada que hace con su hijo!
ResponderEliminarTremendo cuento, Fernando, no sólo por lo bien escrito que está. Si la historia quedara sólo en el papel, vaya y pase, pero lo terrible del asunto es que no es así; este mini es una mirilla por la que el lector vislumbra la realidad de lo que es la trata de niños a nivel mundial.
Si bien no siempre comento, te leo todos los días. Cariños, Mariángeles(Neuquén, Argentina)
¡Formidable, Fernando!
ResponderEliminarEste es un micro de dureza extrema, en el que consigues una voz infantil que se engancha en la sensibilidad del lector. Dotando del ritmo justo al péndulo narrativo del relato, nos vas metiendo en una historia y logras embaucarnos hasta la última frase sobre quién es el desafortunado.
Mis aplausos admirados.
Un abrazo,
Esta serie titulada "la voz de los niños" es encantadora. Y mira que este micro de "inocente" no tiene nada. Me gusta como han discurrido las imágenes a través de tu prosa. No escribes rebuscado, escribes limpio y sin artificios. Dices lo que te propones, y en este caso : te propones estremecernos de angustia.
ResponderEliminarLa sonrisa maléfica del comprador me ha dejado helada.
La acción del padre...pues muy fría.
¡Muy bueno!.
Un abrazo Fernando.
Creo que ya te lo conocía, Fernando. Puede ser? Es duro, duro. Es un final de esos abiertos a un callejón sin salida.
ResponderEliminarUn abrazo, Company
Uffffffffff me ha dado un escalofrío con el final. Durísimo relato Fernando.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ay Fernando que punzada de dolor he sentido al final, no comprendo, se que no se puede juzgar ninguna situación porque nadie sabe qué hay detrás, pero esto... esto no puede suceder y quedar impune. Ese padre que entrega a un hijo, y ¿esa madre? se marchó sin el niño ¿o la hicieron desaparecer? no se... Ya me lo puedo creer todo.
ResponderEliminarSaludos, buen micro, pero duro, muy duro.
Hola Fernando!!
ResponderEliminarLa situación es extrema,crisis,la madre abandona el hogar(sin el hijo,qué fuerte) y el padre vende al fin a su hijo,visto desde el punto de vista del niño,pensará que son unas vacaciones o que le ha salido trabajo al padre,pobre niño,inocente en este mundo de desaprensivos!!
Es terrible,lo has descrito "demasiado" bien.
Un abrazo!!
Enhorabuena por esta serie de micros!
ResponderEliminarSin lugar a dudas nos llevas de la mano hacía el acantilado para empujarnos al abismo con ese tremendo final. Felicidades una vez más!
Abrazos
No necesitas decir más ni más claro, el mensaje llega y golpea con dureza, Fernando. El micro me deja desolada pero sabes contar con las palabras precisas para llegar al lector.
ResponderEliminarBesitos
Este relato es duro, realista en ciertos países y cada vez más posible aquí. Aunque detecto el intento de conseguir voz infantil a mi no acaba de convencerme el tono. Es decir, quizás el niño cuenta demasiado. No sé "más dinero que nunca" o "mucho dinero". ¿Qué edad tiene el niño? Problema mío, seguro
ResponderEliminarPerdón por entrometerme, Ximens, pero es muy fácil, el niño cuenta porque es niño, se le escapan las palabras de la boca, habla de una inocencia natural y sana, y de una tristeza futura que intuye el niño, como cualquier niño también, intuitivos por naturaleza. Sabe que muchos billetes son mucho dinero y hasta podríamos decir que por el color sería capaz de diferenciar la cantidad. Lo que se me ha ocurrido ahora es que para que no me duela tanto este relato, me imagino que ese niño sale raudamente corriendo y ese mal nacido no lo puede alcanzar. Y que una familia lo encuentra y lo devuelve a su madre, poniéndolos a salvo. Siempre hay gente buena...
ResponderEliminarFernando, MUCHA SUERTE PARA HOY!!!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Company, llenito de buena energía y vibraciones.
Se nota que hay temas que a voz te conmueven
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