Presentado al certamen “Camino de la lengua Castellana”
311211, sin suerte.
La cuestión
es que me quedo ciego. He pedido mi último bourbon. El camarero me sirve whisky
barato y excusas sobre rastros de bayeta sucia. No protesto. Saco la cuartilla
pautada y la pluma. Voy a esclarecer el motivo de mi inminente suicidio:
Salamanca,
17 de Noviembre de 2011. Resulta insólito que alguien que ha vivido rodeado de
palabras no encuentre las adecuadas en este momento. Los alumnos me han sorprendido
hoy con el libro del revés mientras recitaba de memoria la Retórica de Nebrija. Se han acabado los meses de disimulo.
Humillado, he recorrido por última vez la calle Libreros, soñando aquellas
primeras imprentas y librerías. Rosita, tu sabes que los libros han sido mi
razón de ser desde siempre. He tenido el privilegio de vivir enseñando lo que
el lenguaje ofrece al ser humano. Pronto no veré las letras ni con anteojos. Si
no puedo seguir leyendo, no quiero seguir viviendo. Lo siento Rosita, sé que no
ha sido fácil convivir conmigo estos últimos años. Néstor, cuida de tu madre,
de Marisa y de los niños.
Firmado: C.S.
Ensobro la
cuartilla, apuro el whisky y salgo al trajín de la calle. Las llaves de la
biblioteca tintinean junto al frasquito de arsénico en mi bolsillo. Sin
embargo, al llegar a la universidad mi conciencia es atrapada por un sonido
sublime. Una muchacha rasga un violín, salpicando esquirlas de vida que se clavan en mis oídos. Interpreta variantes personales de El trino del diablo. Disfruto a ojos cerrados de la música, cómo el
niño que ve la mar por primera vez, hasta que la joven finaliza su actuación.
Regreso a
casa con la noche a cuestas y unas monedas menos. Rosita me pregunta qué tal ha
ido la jornada. Contesto que tenemos que comprar un tocadiscos, que llevamos
demasiado tiempo viviendo en silencio.
Me gusta, me gusta el final, ese descubrir la música y agarrarse a ella para poder seguir viviendo.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Siempre hay una alternativa, Rosa.
EliminarGracias por pasar, leer y comentar.
Yo que estoy de bajón total últimamente y pienso que la vida es una auténtica mierda y que pertenercer a la raza humana es una vergüenza, sin embargo me pones un libro delante, una canción, un bosque, el mar... y se me saltan hasta las lágrimas de felicidad. Siempre hay cosas por las que merece la pena vivir. Un abrazo, me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarMuchas gracia por pasar Mar. Me alegro de que te haya gustado... reconozco que esta historia me resultó atractiva desde el principio. Creo que es importante, de vez en cuando, abrir una puerta a la esperanza.
EliminarUn abrazo.
Desde luego un gran curioso, un gran explorador intelectual, encuentra siempre una buena excusa para seguir viviendo.
ResponderEliminarMe gusta mucho el tono firme y directo del relato. Pisas fuerte, forastero.
Abrazos
Muchas gracias Susana. Sigo sorprendiéndome de los comentarios que hacéis de mis micros. Para mí es increíble que personas que domináis el lenguaje como vosotros lo hacéis me digáis que lo que hago os gusta.
EliminarGracias.
Abrazos.
Todo tipo de arte cubre una parte importante del ser humano, unos escriben, otros pintan, otros bailan o cantan; el caso es tener alguna de esas cosas o saltar entre ellas para acunar el alma.
ResponderEliminarGracias por pasar Luisa. Tienes razón, lo más importante es ser capaz de darse cuenta de que siempre hay otra posibilidad.
EliminarLes paraules com etiquetes de les emocions passen i pesen. La música com l'aire permet permet alleugerir-les. M'agradat molt aquesta imatge. Una abraçada.
ResponderEliminarMoltes gràcies Pep. Una abraçada. gracies per passar i enraonar.
EliminarHola, Fernando. Lástima que haya quedado sin premio en el certamen, otro pasito más...
ResponderEliminarA mí personalmente me ha extrañado que un profesor universitario y supuesto filólogo hispánico escriba esa carta de despedida tan coloquial y sin ninguna cita literaria; no lo veo maduro. Tal vez sea por el uso del verbo "pillar", creo que no lo usaría si fuera el personaje...
Es maravilloso el mensaje que plasmas en el cuento. Siempre hay magia por descubrir y mundos construidos con sentidos anudados. No solo de pan vive el hombre.
Un abrazo
Acepto pulpo Rubén, tienes razón. "pillar" no es propio de este presuicida.
EliminarMe gusta que no se suicidara. Si lo hubiera hecho no habría relato. El cambio del personaje lo dibuja mejor que su carta de despedida.
ResponderEliminarEl giro final abre una puerta y eso agranda la narración.
Un beso, Fernando.
Muchas gracias Petra, por pasar y por el comentario.
EliminarMe alegro de que te haya gustado... era necesario para mí, publicar algo un poquito más optimista.
Un beso.
Un hermoso relato con un giro final con mensaje. Que malo es vivir en silencio y que el silencio nos atrape...
ResponderEliminarUn lugar hermoso.
Un saludo
Bienvenido/a a mi casa Mientrasleo. El silencio tiene su lado interesante pero la música es insustituible.
Eliminarmuchas gracias.
un saludo.
No cabe duda que te has echado en brazos de uno de los grandes conflictos, Fernando, y lo resuelves con maestría.
ResponderEliminarDestaca la construcción del personaje, por su lucidez autocrítica -a la postre salvadora- la economía en la expresió y el clima de pesimismo evanescente de este micro.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Gracias Pedro.
EliminarMe alegro de que te guste y que lo veas bien trabajado.
es un placer tenerte por aquí y leer tus comentarios, siempre son analíticos, y eso se agradece, sobre todo si se trata de un aprendiz de cuenta cuentos cómo yo.
Un abrazo.
Qué maravilla, Fernando. Me gusta horrores. Has insertado imágenes maravillosas, como esas esquirlas de vida, buah. Y el gesto del libro del revés. Y ese descubrimiento para decidir seguir viviendo. Me encanta, company. No habrá tenido suerte, pero éxito, no lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo fresquito, de la mañana.
Gracias por pasar Miguelángel. Me alegro enormemente que te haya gustado. Reconozco que este micro no es de los que nacen "casi" solos. En este me volqué, porque creo que la historia lo merecía... Siempre hay cosas a mejorar, y palabras más precisas que las que has puesto... pero hay algo en este micro que me gusta, así que ver que os ha gustado me alegra enormemente.
EliminarUn abrazo, ya nocturno y ojeroso.
¡¡Es precioso Fernando!!. Por diferentes causas, lo he empezado a leer en diferentes momentos sin poder terminarlo (no por tí...sino por las incidencias de mi vida ajetreada). Hoy por fin he podido saber si se suicidaba o no. Y resulta que me encuentro con el arte de la música como tabla salvadora ¡claro que sí!, música y letras tienen mucho que ver y se complementan.
ResponderEliminarFelicidades por este micro. No habrá tenido el reconocimeinto que se merece, pero me ha gustado un montón.
Un besote.
Aunque a veces nos rindamos, nuestra mente siempre busca una razón para vivir.
ResponderEliminarMuy bueno.
Esto de los certámenes y concursos es una gaita... por lo que no digas "sin suerte", ya que cada texto tiene sus lectores. Yo participé no hace mucho en "la esfera cultural", con un micro que tuve que hacer corriendo pues el plazo se acababa... Tenía claro que no iba a ganar, pero lo que no esperaba es que ni siquiera lo publicasen en el Blog. Es la segunda vez que me pasa esto, y como escribo con las tripas, sin quererlo siempre me entristece. Pero bueno, para eso tenemos nuestros Blogs y a la gente que nos quiere. Que sepas que a mi me ha gustado tu microrelato y su final esperanzador. Un abrazo.
ResponderEliminarPrimero, me gusta la ilustración, esos libros volando...
ResponderEliminarEl micro también me gusta, sobre todo por ese mensaje tan positivo, pierde algo pero también encuentra otra forma de valorar lo que tiene, la vida. Esas excusas sobre rastro de bayetas sucias, me encanta.
Besitos
Este relato me gusta. Me gusta mucho, y no solo por la historia visible (H1), que está bien narrada. El primer párrafo atrapa (esas excusas sobre rastros de bayeta sucia). De la carta (que creo que debería estar entrecomillada) destaco ese soñar librerías. Luego ya sabemos, la vida y a renacer. La historia oculta (H2) es una llamada de atención a los aún tenemos tiempos para saber que nada es eterno, que debemos preparar la jubilación, y que no debemos hacer una sola cosa, por ejemplo escribir relatos (jeje). Creo que lo fundamental de este relato es saber que los declives llegan. O qué se yo.
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