El viejo del sombrero gris entrará en
la tienda acompañado por un galgo pardo y pulgoso. Su perro no puede entrar,
dirá la dependienta forzando una sonrisa de dientes pequeños y encías anchas.
No es mío, contestará él. Pues ha entrado con usted, insistirá ella. Pero no es
mío, yo sólo quiero otro sombrero, este se ha descosido. El perro se sentará
paciente y un par de moscas revolotearán a su alrededor mientras la mujer
inspeccionara el sombrero: Pues esto no tiene arreglo. Señorita ¿Tendría
usted la amabilidad de enseñarme un sombrero similar? Primero saque al perro de
la tienda. Vamos “Chico”, ya volveré mañana a por esta señorita, hoy no podemos
llegar tarde, sólo espero que no haga demasiado viento allí arriba. El perro
echará a trotar, flotando hacia la luz, arrastrando el nudo corredizo que cuelga de su cuello.
Me chifla el micro.. Galgo con ángel , un paseo por abajo y recoger los pedidos..
ResponderEliminarSaludotes!
Precioso, ¡qué bueno!. Cada día estoy más asombrada con la calidad de los textos que leo y de la imaginación de quienes escriben como tú lo haces.
ResponderEliminar¿En qué te has inspirado Fernando?. Me gustan los perros que flotan y los hombres algo sobrehumanos.
Un abrazo.
Aniagua. Eso es, y mañana tiene que volver, ha dejado un encargo a medias.
ResponderEliminarCreo que lo que más me gusta es que "obligas" al lector a leer despacio, lo clavas en cada palabra para que se sitúe bien en la historia. Estoy espesa y no doy con los referentes, pero he disfrutado del ritmo, del misterio, de la poesía que queda en el aire. Y de la ilustración, desde luego.
ResponderEliminarLaura, muchas gracias. La verdad es que paseando por blogs como el tuyo ves la cantidad de talento que hay. Muchos escritos, muchos enfoques y muchos métodos.
ResponderEliminarRespecto a lo que preguntas. El relato lo presente a un concurso de micros que organizaba una sombrerería en Oviedo. Era obligatorio que los sombreros aparecieran, así que me inventé un personaje que iba acompañado por un perro y entraba en la tienda para comprar un sombrero nuevo. Al principio era un mastín pero vi en Facebook la foto de un galgo abandonado en una cuneta, y el hombre ya no era un hombre y el mastín no era mastín. No suelo pensar demasiado lo que voy a escribir... Empiezo por una frase que da forma a la primera idea que se conecta con otra a medida que escribo y el texto fluye... aunque no siempre lo que sale es aprovechable.
Ya puestos, me encantaría saber cual es el proceso creativo que seguís los demás. ya lo pregunté, pero puedo volver a preguntarlo. ¿NO?
Hola Susana. Me gusta esa idea de clavar al lector en cada palabra. Me la apunto. Aniagua ha "pillado" el qué del relato a la primera. No es más que eso.
ResponderEliminarRespecto a la ilustración, tiene eso que sólo tiene el lápiz. En entradas antiguas escribí sobre eso. Me gusta el lápiz. Es espontáneo, cálido y natural. Cuando lo entintas, le das color, lo "arreglas", muchas veces el dibujo pierde las virtudes que tenía el boceto.
Acabo de llegar de la entrega del premio Barcanova de literatura infantil y juvenil. Ha ganado Jordi Sierra y Fabra con una novela que tiene muy buena pinta. Lo mejor, que he tenido la suerte de conocerle en persona después de ilustrar uno de sus libros. Lo peor que he vuelto a comprobar que no estoy hecho para estos actos. Siempre me encuentro como pez fuera del agua... a ver si va a ser eso lo que les pasó a los habitantes de tu pecera.
Por cierto, pasad por el blog de Xesc.
Me manifiesto achocolatao esta mañana (igual que ayer y anteayer) y pese a tener esa imagen muy fuerte impresa en la retina me pasa algo que no acierto a adivinar qué es. Tal vez sea porque de ángeles, sombreros y galgos tampoco sé nada. Lo admito.
ResponderEliminarMe gusta el tiempo de la narración y la cadencia de la conversación. Ya me "ilustrarás". Buen viaje y estancia por Valencia.
Xesc, voy a cambiar la palabra "soga" por "nudo corredizo" creo que así se entenderá mucho más la historia, al menos la del galgo.
ResponderEliminarNo. Se entiende igual con soga, que me gusta más. Es más sutil. Además, ya se sabe cómo acaban los pobres galgos a cierta edad en muchos sitios ... Pero sigo ahí perdido, con la soga en la mano en mi caso.
ResponderEliminarBueno, ya lo has hecho ...
ResponderEliminarFernando me gusta mucho, desde el título, precioso, hasta la manera como está narrado. Las palabras se deslizan con suavidad para contar la historia. El anciano volverá sin duda a por esta señorita pero ahora debe llevar a este galgo maltratado a un lugar mejor.
ResponderEliminarBesitos
Pensaba que había comentado... No sé, empieza a pasarme muy a menudo.
ResponderEliminarDel relato me gusta el ambiente que creas, el título, el contarlo en futuro, como si aún hubiera de ocurrir. El dibujo es exquisito, Fernando. Ahora, me preocupa la cara que se le quedaría a la dependienta al oir la palabras de él...
Un abrazo, primer.
Muchas gracias por el comentario Elysa. La chica en cuestión tiene todo un días más para hacer lo que crea necesario. Lástima que no sepa que es así.
ResponderEliminarGracias por pasar, Miguel Ángel, y más gracias por comentar... Sin duda se nos acumula la faena, pero eso es bueno, significa que el medio está bien vivo.
ResponderEliminarLlego saltando desde blogs amigos y acabo de descubrir que eres el autor de la Cena (qué bueno ;-) y seguidito me había dispuesto a comprobar si el resto eran como aquel... y resulta que sí.
ResponderEliminarÉste me ha encantado, las moscas alrededor del perrillo ahorcado, la descripción de la sonrisa de la dependienta... estupendo. Con tu permiso me he hecho seguidora y vendré cuando tenga ocasión (últimamente ando perdida con las lecturas amigas, por cierto).
Abrazos admirados
Rocío, gracias por pasar y Bienvenida. Me alegro de que te guste los que voy soltando por aquí y espero que pases y comentes siempre que te apetezca.
ResponderEliminarPor cierto, si participaste esta semana en el ReC y quieres pasarme tu relato, los estoy recopilando en esta dirección:
http://microreczombie.blogspot.com/
Un abrazo.
La importancia del título, en este caso hasta con cierta ironía. El final no me queda claro, problema mío, seguro. Supongo que es un ángel que vendrá a llevarse a la señorita. Creo que la utilización del futuro en todo el relato salvo en "hoy no podemos llegar tarde", me suena raro. En fin, me has hecho pensar, y eso es bueno. No me queda claro (al leer los comentarios) si al perro se le lleva para ahorcarlo o simplemente al cielo, o incluso que el ángel sea ciego.
ResponderEliminarXimens, el narrador habla en futuro, pero los personajes no.
ResponderEliminarMe pareció una forma interesante de separar uno de otro, dado que el texto es continuo.
A veces aventurarse en este tipo de intentos puede ser peligroso, pero yo (igual por ignorancia) suelo no tener miedo a probar cosas.
Un saludo, Ximens. Gracias por pasar.
Feliz navidad.