Presentado a la Fundación Camilo José Cela. Hoy cuelgo la entrada sin foto, porque no he encontrado ninguna ilustración adecuada y no tengo tiempo para dibuja una. Un saludo.
No perdamos la perspectiva, yo ya
estoy harta de decirlo, es lo único importante. Doña Rosa va y viene por entre
las mesas del Café cómo si continuara abierto. A veces se detiene, pregunta y
nadie le dice qué desea tomar. Ella alienta al bolígrafo sacando el vaho
directamente del estómago, anota con palitos lo que nadie le ha pedido, se
dirige al lugar donde antes relucía aromática la cafetera, abre el grifo y
entre muros que crujen, llena una tacita de porcelana sucia con restos de agua
oxidada. El color es de café cortado, así que no es de extrañar que vuelva a la
mesa donde nadie espera y lo sirva como si tal cosa. ¿Y qué dice el hijo? Para
lo que sirve, mejor que no diga nada. Ya sabemos que se enfadó el día que ella
le llamó Roberto, nombre del pretendiente con el qué según todos debía haberse
casado Doña Rosa al enviudar. El hijo estuvo años sin volver, y cuando lo hizo,
ya era un extraño a sus ojos. Ahora la vigila desde la ventana, por si se hace
daño o por si la atropellan, dice. ¡Por si se muere de una vez! Diría yo, que
de esto sé un rato. El pródigo lo único que busca es echar mano al Café para
venderlo y prenderle fuego a la poca fortuna que le quede a Doña Rosa. ¿Y qué
puede decir nadie de todo esto? Pues nadie la observa sin tocar el café, toma
notas en una libretilla para una novela improbable, y sin dejar propina vuelve
al purgatorio de Padrón.
Los entresijos de una familia rota, has hilado muy bien la amargura de la madre con la indolencia del hijo. Fue una buena apuesta la tuya.
ResponderEliminarSaludos
Me ha gustado mucho el micro, me he imaginado la escena, qué triste. Y tus imágenes se echan de menos, pero si no hay tiempo, con el texto es más que suficiente, me trasladas a la escena igualmente.
EliminarEnhorabuena! Besos,
Quejica
Gracias por pasar Paloma.
EliminarEspero encontrar momentos para seguir apostando...
Fíjate, Quejica, que quería yo encontrar tiempo para seguir con los capítulos inacabados de mi novelita, y he perdido incluso el necesario para los micros.
EliminarGracias por pasar, Quejica.
Hoy no dibujas, Fernando, pero tus trazos retratan la desazón de dos vidas perdidas y el guiño al viejo de Padrón.
ResponderEliminarUn micro de prosa compacta, sin grietas, que se lee masticando. Una pieza que pide relecturas, que exige al lector.
En una palabra, brillante.
Un abrazo,
El guiño del que hablas es lo que más me gusta del micro.
EliminarMuchas gracias por pasar Pedro.
Un relato que retrata muy bien lo que pasa cuando la vida se combierte en un pasar, sin recuerdos.. por otra parte , el egoismo está presente , como un lobo , cuando espera a su víctima.
ResponderEliminarMe gustó leerte
Un saludo!!
El egoísmo pródigo. Sí, eso cuenta el relato.
EliminarGracias Aniagua.
Un bonito homenaje a La Colmena y al inolvidable café de doña Rosa. Un buen trabajo de reducción y concisión en torno a una obra particularmente abierta y torrencial.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias. La verdad es que la colmena es demasiado grande para que yo intente nada con ella, pero disfruté con este relato. Eso si es seguro.
Eliminar¡Pobre mujer!
ResponderEliminarMal hijo bien parido...
Un buen micro, sí señor.
Besicos
Gracias Cabopá. Otros calificativos más disonantes se me vienen a los dedos cuando pienso en gente como esta que, por desgracia, hay más de la que pensamos.
EliminarDensa, densa como La Colmena. Necesitaré alguna releída. Me encallo en algunos momentos...
ResponderEliminarVolveré, Fernando (qué dramáticamente romántico suena)
Siempre que quieras Miguelángel.
EliminarUn saludo.
Intenté con un libro de Cela y realmente me resultó demasiado mental; no obstante hace unos años vi la pelicula de La Colmena con José Sacristán y me emocionó muchísimo,
ResponderEliminarEl micro me gusta. Igual creo que mi opinión no es muy válida porque no leí La Colmena y no tengo internalizada la prosa de Cela así que no puedo comprender la relación del micro con la obra en cuestión y su autor...
Un fuerte abrazo.
No la busques, Juan. El micro es independiente y debería funcionar por si mismo.
EliminarGracias por pasar.
Creo que debiste dejarlo en el infierno, no en el cielo como inicialmente hiciste ni el purgatorio final al que lo recluiste. Sin duda estaría más cómodo y calentito, como en el café de doña Rosa.
ResponderEliminarBuen intento en un concurso que seguro no era fácil.
Saludos
Gracias Xesc.
ResponderEliminarOpté por el purgatorio porque el cielo era, seguramente, demasiado bueno y el infierno... demasiado caliente.
Gracias por pasar.
Muy bonito. Me da tristeza Doña Rosa y pienso...¿Qué sentirá esa mujer en su interior llevando la vida de esa forma? ¿O será qué sólo así puede ser feliz? A su forma claro. Muy lindo.
ResponderEliminarBuenas preguntas para las que no tengo respuesta, Beatriz. Un saludo y gracias por pasar.
ResponderEliminarYo, como Susana pillé el homenaje. Decirte que La Colmena fue lo primero qu eleí de Cela y me atrapó, junto con Pascual Duarte para mí es lo mejor de Cela. Como siempre dibujas muy bien las escenas, he visto a ese escritor pobre refugiado en el cafe y escribiendo sus notas....
ResponderEliminarSalut!
Gracias Rosana. La verdad es que cuando consigues que el lector pille los guiños que vas dejando, te entran ganas de seguir escribiendo. Gracias.
ResponderEliminarMe gustan los temas familiares en los que los intereses de cada uno pugnan por conseguir sus objetivos personales, y esta doña Rosa es como la vida misma. La has pintado Fernando, la has pintado, esta vez sin pinceles.
ResponderEliminarMuchos abrazos.
Muchas gracias Laura. Me alegro de ver que llega. Eso siempre motiva a continuar.
EliminarJope, me gusta lo que vas contado e incluso los diálogos incrustados, pero no entiendo el final, sí el juego de palabras de "nadie", potencial escritor, pero no sé que quieres decir con "purgatorio de Padrón"
ResponderEliminarEs que hablo de un escritor concreto. Un saludo Ximens y, muchas gracias por pasar y comentar.
ResponderEliminarExtraordinario micro, Fernando. Espero no te moleste lo guarde en mi tuiter.
ResponderEliminarBravo!!!!
por supuesto que no me molesta.
ResponderEliminarMuchas gracias.