Ayer tuvimos la primera sesión de las dos de que consta el taller.
La verdad es que estoy disfrutando mucho. Para la ocasión he escogido un cuento de los hermanos Grim. Se titula las tres plumas.
Tengo un grupo de doce niños y niñas de entre 7 y 11 años. Y, a diferencia del año pasado, cada uno de ellos ha escogido una escena diferente para dibujar.
Mañana toca la segunda sesión, en ella descubrirán lo que es una mesa de luz, y terminarán dando color a sus historias dibujadas con lapices acuarelables.
Ya os contaré, y si alguno me deja su dibujo, lo colgaré también por aquí.
Tengo la sensación de que cuando un niño se pone a dibujar, consigue sacarle al dibujo el alma.
ResponderEliminarCon sus trazos irregulares, llegan directos al corazón.
Transmiten, emocionan y nos arrancan más de una risa, con esos muñecotes de largos dedos y cabezas enormes que contienen una sonrisa que traspasa el papel.