La sombra subía por la colina hasta la verja. Allí se detenía cada día, sin llegar a atravesarla. Al anochecer la pequeña sombra se fundía en la oscuridad del pozo. Entonces, las niñas salían de la casa y cruzaban la verja envueltas en telas vaporosas. Se acercaban al olivo y Jugaban al escondite, pero nunca ganaba nadie. Al alba, regresaban a casa. La pequeña sombra volvía a tomar cuerpo, y pasado el mediodía salía del pozo iniciando su eterno devenir. Si te acercabas lo suficiente, cuando la sombra rozaba la verja, se oía la voz de la pequeña Clara salvando por ella y todas sus compañeras.
Esta fue mi aportación al concurso de 99 palabras.
Felicidades a finalistas y ganadores
Muy sugerente. Me parece un acierto que sea precisamente Clara quien salve a la sombra. Aunque con ese ir y venir con el sol no me extraña: a quien está salvando es a su complementario.
ResponderEliminarBesos sin sombra de duda
Hola Susana, gracias por pasar y comentar...
EliminarLa cuestión es que me siento cómo la sombra de Clara últimamente. transportado de forma inexorable por los acontecimientos. Sin control de rumbo, aunque no a la deriva. Escribiendo más bien poco, leyendo más bien menos, y publicando casi nada...
Cómo noticia optimista, decir que el taller con Mercedes Abad está siendo estupendo y muy, muy motivante... aprendiendo cosas que no sabía, recordando otras que sí, pero sobre todo desde un punto de vista emocionantemente diferente. - con cacofonía incluida-. Ella lanza retos al viento para quien los quiera coger, y yo... los cojo todos.
Un abrazo desde la sombra.
Me ha encantado el contrapunto de la sombra muerta (que "vive" de día), en oposición a las niñas reales (que "viven" al atardecer). El secreto y la ternura que esconde esa muerte con relación al pozo: "por mí y por todas mis compañeras".
ResponderEliminar¡Estupendo relato!
Un abrazo.
Bienvenida Petra.
ResponderEliminarMe saco el sombrero. Has cogido el micro y los has diseccionado separando sus partes a tajo de bisturí sin contemplaciones y pulso firme.
Enhorabuena, no era tarea fácil desencriptarlo -Y aquí cripta también puede ser literal-.
Espero que pases por mi casa siempre que quieras, tanto si vienes con el análisis bajo el brazo como si no.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Bien Fernando, tras la disección de Petra, sólo me queda decirte que esa sombra que vive de noche y salva al resto, nunca puedes ser tú. Podrás sentirte como dices y expresas, pero creo que hay blogs y entradas que hacen sombra a otros, y sólo nos queda aprender de ellos.
ResponderEliminarTu micro me ha gustado muchísimo y me ha recordado ese juego en el que el corazón latía muy fuerte sólo porque no te vieran. Curioso. Ahora late muy fuerte...si no nos ven.
Un abrazo Fernando.
Laura, tu blog es un ejemplo de generosidad. Un referente en la blogosfera para todo el que quiera estar al día, y encima cómo creadora eres estupenda e inquieta, que aún es más importante.
EliminarUn abrazo Laura.
He de decir que no puedo analizar tu micro, sin embargo el misterio que lo envuelve , atrapa.
ResponderEliminarUn abrazo, escritor!
Hola Aniagua. No te preocupes, ya he dicho que creía que no era demasiado fácil, por eso me ha sorprendido lo de Petra.
EliminarGracias por pasar y comentar.
Un abrazo escritora.
Hola Fernando ¿te acuerdas de mí?
ResponderEliminarHan convocado un nuevo concurso de microrrelatos los de Minatura, por si te interesa. Aunque lo he puesto en mi blog con un enlace directo, el mío es el número 20. Anímate a participar, a tí se te dan muy bien estas cosas.
un saludo
Hola Vidal. Claro que me acuerdo... que tal va la novela?
Eliminarpues ahora voy a mirar las bases.
Una muy buena aportación Fernando.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias Rosa.
EliminarMe alegro de saber que es tuyo (ya me quedan menos). Ahora que lo sé, pienso que cómo mo se me había ocurrido. Está clarísimo que es tuyo. Tuve claro desde el principio que le iba a dar puntos, no sabía cuantos, pero le iba a dar. Finalmente le di dos puntos. Me gustaba mucho, y me daba un cierto escalofrío, como cuando en una película de esas, se oyen niños cantando... Dios, me estoy c. ahora mismo de pensarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD. Qué bien cuando hay luz aquí, en tu casa, Fer.
Ah, y el dibujo, ideal, Fernando. Me parece una maravilla.
EliminarDos puntazos tuyos???
Eliminarpues me alegro un montón de saberlo.
Gracias por pasar Miguelángel, por cierto, el curso de la Mercedes Abad es cjnd. me lo estoy pasando en grande!
Un abrazo.
intentaré dejar la luz encendida aunque no esté.
Me gusta la imagen oculta de ese juego al que casi todas las niñas de una cierta edad, hemos jugado..,
ResponderEliminarTus 99palabras muy, muy adecuadas, llenas de nostalgia.
Besicos
gracias por pasar Cabopá
EliminarMe alegro de que te guste. La verdad es que ha sido un placer participar en este concurso tan bien organizado.
Besos.
La ilustración es preciosa, y el relato intrigante y emotivo, me produce sensaciones extrañas imaginar a esas niñas con tus trajes vaporosos en la noche jugando. Me gustaron mucho tus 99 palabras.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mar,
Me alegro de que te guste el dibujo... lástima no tener más tiempo, porque el relato daba mucho juego... pero ahora mismo tengo que ir a cien o no publicaría nunca...
EliminarUn abrazo desde un ala delta que sobrevuele las olas.
Tengo que admitir que es un placer ver todos estos comentarios y visitas.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos.
Me ha encantado y transportado por un momento a mi infancia. La ilustración fantástica. Un beso.
ResponderEliminarGracias por pasar Dolores, y por comentar.
EliminarBesos.
Muy linda la mezcla de las sombras con lo real. ¿Cuántas veces estaremos allí? Muy bonito el micro. Saludos!!
ResponderEliminarGracias Beatriz, me alegro de que te haya gustado.
EliminarEs muy inquietante este escondite y uno no sabe qué es real y qué imaginado. La noche, el pozo, las niñas, el olivo... Hasta que Clara levanta el escondite por sus compañeras... Da escalofríos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mar. Me alegro de haber transmitido tantas sensaciones...
EliminarUn placer tenerte por aquí.
Hola, Fernando. Hace un tiempo que no te leía y me fue muy agradable reencontrarme con vos por medio de este microrrelato. No es casual que la sombra sea "pequeña". Muy dulce y muy triste la historia. Cariños, Mariángeles
ResponderEliminarHola Maiángeles.Gracias por volver.
EliminarGracias por comentar.
Un abrazo.
Un juego en el que Clara no deja ninguna sombra de duda. Cada día, inexorablemente, salva por todas. Inquietante juego de luces y sombras.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Xesc, las luces y las sombras, imposible una sin la otra...
ResponderEliminarAbrazos.