—Como tantas veces había hecho de niño —la voz del desconocido sonaba entrecortada—, decidí cambiar de papel, hacer algo más... importante. Me preparé durante semanas, me aprendí cada frase.
Aquel perturbado disfrazado de Don Juan me hablaba como si tuviera que conocerlo. El reloj del comedor marcaba las cuatro y media, Elsa y los niños todavía dormían y yo... yo no dejaba de preguntarme que hacía aquél hombre sentado en mi sofá. ¿Cómo había entrado en mi casa? Se levantó y empezó a recitar:
—Quede aquí el universo notorio, pues me abre el…
Con sorpresa comprobé que daba el tono justo. En la mano sostenía una cuartilla: la nota de la audición del nuevo Tenorio que dirigiré en El Real.
Con sorpresa comprobé que daba el tono justo. En la mano sostenía una cuartilla: la nota de la audición del nuevo Tenorio que dirigiré en El Real.
—Pues me abre el… —sacó una navaja y se cortó las venas allí mismo.
—Me abre el… —intenté levantarlo, decirle que el papel era suyo. Pesaba ya como un muerto—, purgatorio.
—Me abre el… —intenté levantarlo, decirle que el papel era suyo. Pesaba ya como un muerto—, purgatorio.
Con este relato me he presentado al concurso de ReC. No ha habido éxito en lo que respecta al concurso, pero si lo he tenido en tanto que me he visto obligado a seguir explorando el microuniverso. La semana que viene nueva frase de inicio y nuevo ejercicio de imaginación. Ya está enviado.
La ilustración fue publicada por editorial Barcanova en su libro de texto de literatura castellana de tercero de ESO. És también la ilustración que se escogió como imagen del cartel de la exposición de originales que se realizó en los comercios de Barberà. Mi ciudad.
La verdad es que me gustaría saber si se entiende... pues creo que no demasiado bien.
ResponderEliminarPagando la novatada por querer saltarme un canon que todavía no domino.
Conversaciones con uno mismo, que a veces se resuelven terminando con todo, quizás en algún momento hubo tiempo.
ResponderEliminarSaludos Cordiales!!
Hola Fernando. Siendo sincera tendré que decirte que a la primera vez me ha despistado bastante, pero un poco después he entendido que conversaba en una especie de monólogo con el personaje de su obsesión. Me parece dificilísimo lo que has intentado, pero yo creo que el resultado es bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, está claro que queda mucho por aprender. No he conseguido lo que quería. Ahí reside lo difícil de contar algo sin escribirlo todo. Seguiremos intentándolo. Gracias por pasar Aniagua y Laura.
ResponderEliminarFernando, No no lo he entendido, pero esperamos deseosos tu explicación. Pero no podemos olvidar que la intertextualidad es un elemento del micro, y esta última escena del Tenorio seguro que tiene otros mensajes que aquellos que no somos versados en la obra desconocemos.
ResponderEliminarEl Tenorio, estatuas, fantasmas, almas que se evaden...ya nos dirás.
Un abrazo
"su voz sonaba entre cortada", para quién? Ahí me pierdo, Fernando. Pero entiendo que se suicida. Que es un actor frustrado, y utíza su último casting para, con el personaje, quitarse la vida. Eso entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo, Fer.
Me parece que cuando se es niño, las cosas son más fáciles y sin problemas. Cuando nos hacemos mayores la vida la vemos de otra manera.
ResponderEliminarY creo como Xavier que si no conocemos al Tenorio se nos escapa algo.
Voy a hacer unos cambios, ahora ya sin el corsé del concurso.
ResponderEliminarLo volveré a colgar a ver si finalmente soy capaz de transmitir lo que quería.
Ya he realizado los cambios... pero está claro mi fracaso en este intento de contar sin contar.
ResponderEliminarMi intención era contar la historia de una persona que persigue un sueño (en este caso el teatro) al que se le niega la oportunidad, incluso de fracasar. Muchas veces basándose en aspectos superficiales como la edad, la apariencia, o cualquier otro motivo.
Viéndose privado de su sueño, el personaje decide acabar con su vida, pero antes a de conseguir su oportunidad, aunque sea por la fuerza.
Creo que la intención era buena, pero evidentemente no lo he conseguido.
El desconocido existe realmente.
Muchas gracias Xavier, Miguel Ángel y Srta. Brontë. Por comentar y hacerme ver que, a veces creemos que las pistas que hemos dado son las justas cuando en realidad no lo son.