Final de autor
El personaje secundario bajó al sótano y mató al escritor, que aún se
obstinaba en concluir el relato. Muerto el creador solo restaba deshacerse de
las pruebas. Manuscrito y cadáver fueron quemados en el patio trasero de la
hacienda. Todas las copias ardieron excepto una en la que el personaje
secundario no había sido asesinado aún.
Días más tarde, en un mugriento cuarto de pensión, el personaje dudaba
que nombre ponerse para concluir el relato según su conveniencia, ajeno al
puñal inexorable que se cernía sobre él desde las sombras.
Este micro ha sido publicado en L'INDEPENDENT de abril de 2014. Se trata de un "despojo" reciclado.
Muy bueno, Fernando. Pobre secundario que no se libra de la muerte ni siendo el protagonista.
ResponderEliminarBien Fernando si es que el segundón siempre es el segundón, y es complicado admitirlo.me gustó esta trama negra y literaria.
ResponderEliminarabrazos
Hola, Fernando.
ResponderEliminarMe encantó ese secundario tomando las riendas de su vida, aunque creo que el final que le espera no es muy feliz.
Un abrazo.
Original trama... Saludos desde mis Barcos de papel,
ResponderEliminar¡Qué imaginación tienes Fernando, me ha encantado!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Los personajes secundarios encierran las mejores historias de odio silencioso... cuando alguno se desata... ahí está tú relato para muestra :). Un abrazo.
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