
Ya estamos de vuelta de Madrid. Mis relatos han aparecido en papel en algún libro de microrrelatos relacionados con algún concurso y puntualmente desde hace algo más de un año en el diario local de Barberà. Pero que una editorial como Talentura, y dos antólogos como Manu Espada y Rosana Alonso pensaran en mí para aparecer en este libro que veis en la imagen junto a tanto MicroGranEscritor... es algo... ¡Dios! ¡Me he quedado sin palabras! Y ahora... ¿Qué diablos hago? Imagina que alguien lee mis relatos y quiere que le escriba unos cuantos para un libro... Y yo sin palabras. ¿Qué podría ser peor que un aprendiz de escritor sin palabras? ¿Un domador sin leones? ¿Un religioso sin fe? ¿Una Pantoja sin escenario? ¿Una infanta sin vergüenza?
Bueno, como me he quedado sin palabras voy a leer lo que han escrito mis compañeros. Prometo hacer recomendaciones. Permitidme decir cómo me gustaría ver pasar por aquí a los antologados que lo deseen para decirme que opinan de los dos microrrelatos míos editados en este libro. ¡Pero que bonito ha quedado el condenado! No esperes mucho a hacerte con él, porque es una edición limitada (todas los son, pero primera edición solo hay una: la primera). Este libro dará que hablar porque es el reflejo de algo que está pasando ahora, en este momento y si te atreves a perdértelo, jamás podrás decir... yo estuve allí.
Ya sabes, entra en SITIOPARACOMPRARELLIBRO, cómpralo, leelo y cómo no, vuelve aquí y dime que te ha parecido.
He dejado para el final mi dedicatoria, porque necesito ponerme serio.
Dedico el microrrelato trámite a mi padre, aunque el nunca lo sabrá.
Es el primer microrrelato que surge de una vivencia propia que todos vivimos más pronto o más tarde. El primero que no pretende solo contar una historia. De todos los que he escrito hasta ahora, trámite es, posiblemente, el único que no ha fluido. Este microrrelato he tenido que parirlo y tenía que ver la luz en papel. No por la calidad literaria, no porque la historia que cuenta sea original, no por mí.
Por él.
Un saludo desde la logia.