El sastrecillo va dando puntadas sin dejar de mirar la rebanada con
miel que ha dejado sobre la mesa. Espera que aparezcan las moscas para
aplastarlas, ponerse el nuevo cinturón que ha bordado con la frase siete de
un golpe y así, poder salir en busca de la corona y el reino que, sin duda,
le depara el destino. Las moscas no aparecen, así que al llegar la noche el
sastrecillo ha dado cuenta de la rebanada con miel y está terminando de
hilvanar la nueva casaca de caza para su primo, del que heredó la sastrería
cuando se convirtió en rey.
Micro publicado este mes de junio en el diari local L'Independent de Barberà
Gracioso. Anda, que vaya herencia. Saludos.
ResponderEliminarGracias Pablo.
EliminarLos destinos (si es que existen) deben ser intransferibles. Cada uno tiene el suyo.
Eso es un traspaso y lo demás es tonteria!!
ResponderEliminarjajajaja
Muy bueno.
Muchas gracias por pasar Lekandri. De traspasos y traspasados va el micro.
EliminarMe parece genial la circularidad rota que le has dado a la historia, fernando. Me ha hecho mucha gracia recordar este cuento. Era uno de los preferidos de mi hija cuando era pequeña.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por pasar Pedro.
EliminarAhora hacía días que no publicaba nada... espero que si lo lee tu hija le guste el giro.
Hay quién sabe heredar y afina bien. Muy bueno este micro Fernando.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas gracias por pasar y comentar.
EliminarPero al cavo, se hizo de oro haciendo trajes para su primo y sus amigos, aunque de vez en cuando tuviera que regalar alguno, je je.
ResponderEliminarMuy bueno Fernando, no sé como tienes tiempo para todo.
Abrazos.
Buen comentario Miguel. Esto de los trajes trae cola...
Eliminar
ResponderEliminarMuy bueno, Fernando, un giro intertextual y de los buenos. Pobre sastrecillo, quedarse con su valentía así, nuevita y sin estrenar.
Hace mucho que no pasaba por aquí, ha sido grato volver a leerte. Un saludo, Mariángeles
Mi blog: mariangelesabelli.blogspot.com.ar